La libertad de prensa, un derecho en retroceso en muchas partes del mundo
En pleno siglo XXI, ejercer el periodismo sigue siendo una actividad peligrosa en muchos países. Mientras algunos gobiernos protegen la libertad de expresión, otros la limitan, encarcelando o silenciando a quienes informan.
El 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una ocasión para reflexionar sobre la situación actual del periodismo a nivel global. Según el último informe de Reporteros Sin Fronteras, más del 70 % de la población mundial vive en países donde el periodismo está total o parcialmente restringido.
En naciones como Noruega, Irlanda o Costa Rica, los medios disfrutan de una libertad considerable. Pero en otros, como Irán, China o Rusia, la prensa está fuertemente controlada. Los periodistas enfrentan censura, vigilancia constante y, en casos extremos, la cárcel o el exilio.
«No se puede hablar de libertad cuando informar se convierte en un acto de valentía», afirma la directora de una ONG que protege a periodistas en riesgo. El caso de la reportera palestina Shireen Abu Akleh, asesinada en 2022, sigue siendo un símbolo de los peligros que enfrentan quienes trabajan para informar.
Además de los riesgos físicos, los medios enfrentan nuevos desafíos digitales: la desinformación masiva, los ataques en redes sociales y la concentración de poder mediático en manos privadas. Todo esto pone en peligro el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz e independiente.
Frente a estas amenazas, organizaciones internacionales, periodistas y ciudadanos alzan la voz. Porque defender la libertad de prensa no solo protege a los periodistas, sino que garantiza la salud de nuestras democracias.