El gran apagón revela el papel clave de Red Eléctrica, hasta ahora desconocida por muchos

El inusual apagón registrado el pasado lunes ha sacado a la luz a un actor fundamental del sistema eléctrico español: Red Eléctrica, la compañía encargada de gestionar la red de transporte de electricidad en todo el país. Aunque hasta ahora era poco conocida para el ciudadano común, esta empresa —filial del grupo Redeia— se encarga de mover la energía desde las centrales generadoras hasta las distribuidoras que la hacen llegar a hogares y empresas.

Red Eléctrica opera más de 45.000 kilómetros de líneas eléctricas y múltiples subestaciones repartidas por todo el territorio. Su función principal es garantizar que la electricidad viaje de manera segura y eficiente desde los puntos de producción hasta los de consumo, conectando centrales eléctricas con centros urbanos e industriales.

Del total de su red, la mayoría son líneas aéreas (más del 95 %), aunque también incluye cables subterráneos y submarinos. Aproximadamente la mitad de estas líneas transportan electricidad a alta tensión (400 kilovoltios), mientras que el resto trabaja con tensiones medias y bajas, pensadas para el consumo final.

Pese a cotizar en bolsa y contar con capital privado, Redeia mantiene una participación estatal del 20 % a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Al igual que sucede con Enagás en el sistema gasista, se trata de una empresa privada con un fuerte control regulador y una misión de interés público.

Entre las funciones clave de Red Eléctrica están también la conexión de sistemas eléctricos insulares, así como la interconexión con redes extranjeras, especialmente con países vecinos como Francia. Sin embargo, esta última función se vio comprometida durante el reciente apagón.

¿Qué ocurrió el lunes?

Según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, el sistema eléctrico se encontraba en equilibrio antes del incidente, tanto en términos de voltaje como de frecuencia. No obstante, una caída repentina en la frecuencia del lado español provocó que los sistemas de protección desconectaran automáticamente la red de la interconexión con Francia.

Este evento coincide con una pérdida de generación eléctrica en la zona suroeste del país. Aunque aún se desconoce el alcance exacto ni qué puntos se vieron afectados, esta pérdida generó una inestabilidad que se corrigió parcialmente en apenas 1,3 segundos.

Sin embargo, casi al mismo tiempo se registró otra perturbación en el noroeste, que provocó nuevas oscilaciones en el sistema. Esta segunda anomalía fue más difícil de controlar y, pese a que se activaron los mecanismos automáticos de respuesta, el “efecto dominó” fue más rápido de lo previsto, y en cinco minutos, se produjo el apagón.

Las investigaciones continúan y los expertos insisten en que primero debe confirmarse la pérdida de generación para poder determinar su causa exacta.