La división entre Podemos y Sumar mantiene en tensión a la izquierda española
El escenario político en la izquierda española atraviesa momentos de incertidumbre tras la separación definitiva entre Podemos y Sumar. Tras la celebración de sus respectivas asambleas, ambas formaciones comienzan un nuevo ciclo político marcado por el distanciamiento, lo que genera preocupación sobre su impacto electoral de cara a los próximos comicios.
La ruptura se consolidó a finales de 2023, cuando los cuatro diputados de Podemos abandonaron el grupo parlamentario que compartían con Sumar para integrarse en el grupo mixto del Congreso. Desde entonces, los desencuentros no han cesado.
Sumar ha manifestado públicamente su interés en recomponer la relación, destacando la necesidad de una candidatura unitaria que permita reeditar una coalición con el PSOE. Yolanda Díaz, líder de la formación y vicepresidenta segunda del Gobierno, cerró recientemente la asamblea del Movimiento Sumar con un mensaje claro: unidad para avanzar. Este llamamiento quedó reflejado también en los documentos estratégicos del partido, liderado ahora por Lara Hernández y Carlos Martín.
En contraste, Podemos ha optado por reforzar su independencia. Durante su propia asamblea, celebrada dos semanas después, la secretaria general Ione Belarra criticó abiertamente a Sumar, calificándola de “izquierda dócil”. Su intervención marcó una postura de ruptura, más aún tras el movimiento de Irene Montero, número dos del partido, que ha dado pasos hacia la conformación de una nueva candidatura junto a otras fuerzas de izquierda con un enfoque pacifista, dejando fuera implícitamente a la formación de Díaz.
Advertencias desde el PSOE y papel clave de Izquierda Unida
Desde el PSOE se observa con cautela la fragmentación del espacio a su izquierda. Aunque públicamente evitan intervenir para no generar fricciones, en privado destacan que una división en ese espectro podría beneficiar a la derecha al reducir la representación parlamentaria. Según fuentes socialistas, la suma de apoyos de Sumar y Podemos ronda el 10 %, cifra que, si se fragmenta en candidaturas separadas, podría traducirse en pérdida de escaños clave.
Antonio Maíllo, coordinador federal de Izquierda Unida, ha tomado una posición conciliadora. Desde hace tiempo aboga por una candidatura amplia que agrupe a todas las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE, sin exclusiones y mediante primarias abiertas. IU, que forma parte del grupo parlamentario de Sumar pero mantiene buenas relaciones con Podemos, podría jugar un papel clave como puente entre ambas partes. No obstante, Maíllo ha expresado su desacuerdo con la estrategia de Podemos de avanzar de forma unilateral.
Expectación entre fuerzas territoriales y datos del CIS
El grupo parlamentario de Sumar también incluye formaciones de ámbito autonómico, como En Comú Podem, Compromís, Más Madrid, Chunta Aragonesista y Més per Mallorca. Estas organizaciones observan con atención el conflicto entre Podemos y Sumar, aunque en su mayoría consideran prematuro hablar de alianzas para las próximas elecciones generales. Salvo los comunes, claramente alineados con Sumar, el resto mantienen una postura abierta, centrada en preservar la representación de sus territorios en el Congreso.
Una de las grandes incógnitas es la posición que adoptará Más Madrid. Recientemente, el diputado autonómico Emilio Delgado expresó su deseo de que el partido se presente con su propio proyecto en los comicios nacionales, sin integrarse en una candidatura conjunta.
Según el último barómetro del CIS, publicado en abril, Sumar obtendría un 6,2 % de los votos y Podemos un 4 %, lo que, de concurrir por separado, podría dificultar su acceso al Parlamento en muchas circunscripciones, debido al sistema electoral español.
En este contexto, tanto Irene Montero como el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, han instado al PSOE a intervenir, sugiriendo la inclusión de Sumar en las listas socialistas para evitar la dispersión del voto y asegurar un bloque progresista fuerte.

