Opinion

¿Albares silencia a la prensa? La opaca relación de España con Marruecos bajo la lupa

La reciente visita de Nasser Bourita, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, a Madrid ha puesto nuevamente de relieve la relación entre España y Marruecos. Encuentros como este suelen presentarse como “exitosos” y “constructivos”, pero me pregunto si realmente estamos ante una colaboración equitativa o si simplemente se trata de un juego de poder y realismo geopolítico.

Desde que se anunció esta visita, se ha hablado mucho sobre temas como la cooperación en materia de migración, seguridad y comercio. Sin embargo, no podemos ignorar que la cuestión del Sáhara Occidental sigue siendo un tema central.

Si bien España ha dado un giro en su postura, alineándose con Marruecos en cuanto a la soberanía sobre este territorio, ¿hasta qué punto se debe a una verdadera convicción o simplemente a las presiones de su vecino del sur?

Un hecho que llama la atención es que, aunque España haya reconocido oficialmente el plan de autonomía marroquí para el Sáhara, las relaciones con el Frente Polisario, aunque más discretas, no se han roto por completo. A lo largo de los años, algunos miembros del gobierno español, a pesar del giro oficial, han mantenido ciertos contactos con la organización separatista, lo que genera controversia dentro del país.

La visita de Bourita se da en un contexto internacional complejo, donde las presiones de Marruecos y las tensiones con Argelia siguen marcando la agenda. La situación del Sáhara continúa siendo uno de los temas más difíciles de abordar, y aunque el gobierno español ha mostrado una disposición a mejorar sus relaciones con Marruecos, no está claro si este enfoque se basa en principios sólidos o si simplemente se debe a intereses inmediatos como la seguridad y la cooperación económica.

La reciente reunión entre José Manuel Albares, ministro de Exteriores de España, y Bourita fue significativa por el hecho de que no se permitió a la prensa hacer preguntas. Este tipo de diplomacia cerrada, que busca evitar el escrutinio público, genera dudas sobre la transparencia de las decisiones tomadas en el ámbito internacional.

¿Realmente España está tomando sus decisiones de forma independiente o está priorizando sus relaciones con Marruecos por encima de sus principios tradicionales?

Es claro que España ha decidido apostar por una “paz” con Marruecos, pero el precio de esa paz podría ser más alto de lo que parece. ¿Está el gobierno español sacrificando sus valores fundamentales por conveniencia política y estratégica? En última instancia, las preguntas sobre la legitimidad y el impacto de esta estrategia siguen sin respuesta.

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